martes, 6 de mayo de 2008

A la Shilena

CRAAAAAASHHHHH CRAAAAAASHHHH

Se escuchaba… Ese sonido lo había sentido en alguna otra parte, en el mismo lugar...

Sin embargo, la sensación era definitivamente diferente. La primera vez que lo escuché sentí angustia… mientras que la última fue casi como un castigo merecido… Fue como si los dioses estuvieran riéndose de mi…

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Era una noche de enero como cualquier otra… Había organizado un carrete con mis amigos del colegio con la intención de presentar al pretendiente de turno (eso da para otra historia)…

Todo hubiera resultado estupendo, ya que en los primeros 20 minutos se habían caído muy bien…si no fuera porque al inicio de dicho evento (SIN NADA DE ALCHOOL EN MI SANGRE) alguno de mis invitados cerró el ventanal de mi cocina sin que me diera cuenta…

Resultado:

- Cony atravesó su ventanal con su hermoso cuerpo, ventanal que quedó absolutamente destrozado…. Sin embargo, no se la llevó gratis… al contrario, ganó:

- 15 puntos en la espalda.

- 3 puntos en mi pierna derecha.

- 1 punto en mi pierna izquierda.

- 50 lucas desembolsados para el Hospital Clínico de la Católica.

Como buena chilena que soy, dejé pasar todo el verano sin colocar el ventanal, y no fue si no hasta hace poco, cuando comenzaron los fríos, que decidí ponerme en campaña para instalarlo.

Mi primera acción fue llamar a la Inmobiliaria, la que me dio el contacto del Vidriero de la empresa… Me cobraba 70 lucas con instalación incluida. Pesadito me va a salir, pensé… Pero, como mi rubro es la construcción, quise saber si tenía otras opciones.

Fue así, como al día siguiente, me acerqué donde Rubén, mi amigui capataz, el que al saber lo que me cobraba la competencia, me dijo: “Conita… ta loca, no se preocupe, yo le consigo un vidrio mucho más barato y se lo instalo yo mismo”…

De lujo, el vidrio me costó 17 lucas más 10 lucas por laminarlo… El único problema, tenía que irlo a buscar en camioneta y llevarlo a mi casa…. Bueno, no es tan terrible cierto?....

Así, un día Viernes, mi madre amablemente, me prestó su VEHÍCULO, lo fui a buscar y lo llevé a mi casa. El día domingo, cuando Rubén fue a instalarlo con su hijo, me encontraba con mi primo, el Loslo, y como vi que eran dos machos que se veía que sabían hacer las cosas, me dediqué a ver películas con Rubencito… De pronto Rubén se me acerca con cara de complicado; “Cony, tenemos un problema, el vidrio quedó grande, hay que cortarlo”… El Loslo, servicialmente, se ofreció ir al Homecenter a comprar una herramienta para cortar vidrio… y al volver, decidí estar cerca de los trabajos, para por lo menos dar acto de presencia…

Así, me encontraba en el balcón fumándome un cigarro, mientras mis dos “maestros” se encontraban en el living, tratando de encajar el vidrio en el marco, cuando siento…

CUIC!!!

¿Qué es eso? Me dije, debe ser mi imaginación, y como seguían trabajando no le presté atención… Sin embargo, segundos más tardes escuché, CUIC CUIC CUIC…

Cuando me acerqué a ver que pasaba… ya los CUIC era muchos… era demasiado tarde… El vidrio estaba partido por la mitad, miro a Rubén, y me responde con la cara de Vergüenza más evidente que he visto en mi vida; “Se rompió”… PLOP

Cuento corto y resumiendo, tuve que comprar otro vidrio, contratar otra instalación e invitar a mi primo una pizza por quedarse en mi casa esperando que los tipos fueran a instalarlo mientras yo trabajaba.